También
denominada “incompetencia eyacularia”, es una inhibición específica del reflejo
eyaculador. El hombre puede excitarse normalmente, tener una erección pero no
logra eyacular aunque lo desee urgentemente.
Hay distintos
grados de eyaculación retardada, en muchos casos el hombre puede superarla
apelando a fantasías eróticas durante el acto de penetración, pero en muchos
otros casos, no puede lograr eyacular dentro de la vagina por lo que necesita
ir al baño para masturbarse y poder entonces eyacular.
A veces el
hombre presenta esta imposibilidad o retardo con todas las mujeres, otras, con
algunas y se debe en general a la ansiedad que le provoca el acto sexual, al
miedo al compromiso o a dejar a su pareja embarazada. También puede presentarse
en el hombre un rechazo a penetrar a su pareja si ésta ha estado recientemente
con otro hombre, y ni hablar de tener un coito con una prostituta. El hombre
puede manifestar que siente “asco” y no puede dejar de pensar en que la mujer
estuvo con otros hombres durante el acto sexual.
En general
esta disfunción obedece a motivos psicológicos traumáticos que tienen que ver
con tabúes, prohibiciones, experiencias sexuales infantiles traumáticas, asco a
la mujer por tener tendencias homosexuales muy reprimidas, desviaciones
sexuales, miedo al compromiso, temor a dejar embarazada a la mujer y la lista
puede ser interminable.
Cabe destacar
que la erección y el deseo permanecen imperturbables, pero el retardo en lograr
el orgasmo y la eyaculación muchas veces provocan cansancio en la pareja
quienes terminan por abandonar los juegos sexuales. Suele ser una disfunción
muy frustrante para el hombre y también para la mujer que desea un proyecto con
el hombre como puede ser el tener hijos.