lunes, 30 de diciembre de 2013

Drogas y sexualidad

Los efectos que causan las drogas en la sexualidad, lejos de estimularla lo que producen es el efecto contrario. Se ha constatado que en la mujer producen una alteración del ciclo menstrual y por lo tanto, trastornos en la ovulación, disminución del deseo sexual, anorgasmia, disminución de la lubricación vagina, bloqueo de la respuesta sexual, disfunción sexual e infertilidad.
En los hombres, se comprobó que disminuyen la producción de hormonas masculinas (testosterona), de espermatozoides, son causa de disfunción eréctil, disminución del deseo sexual, impotencia, infertilidad y acasionan un aumento del tamaño de la próstata (esto último cuando se usan esteroides), además retrasan la eyaculación.
También producen somnolencia, pérdida de la conciencia que se manifiestan durante el acto sexual colocando a la persona en un gran riesgo para su vida.

Uso de drogas durante las relaciones sexuales:

Entre las más utilizadas están:  

La Marihuana:

Efectos inmediatos: desinhibición, relajación y sensación de bienestar. Aumenta la sensibilidad táctil y distorsiona la realidad por lo que impide realizar actividades de concentración y coordinación motora.
Con su consumo frecuente, reduce los niveles de testosterona y puede causar disminución en la producción de espermatozoides, alterar el ciclo menstrual al interferir en la ovulación. Disminuye el deseo sexual y causa disfunción eréctil.

Alcohol:

Es depresor del sistema nervioso por lo que causa desinhibición. En dosis altas retarda el proceso de excitación, ocasiona pérdida de coordinación y en consumo frecuente bloquea la respuesta sexual y provoca impotencia.

Cocaína:

Es un alcaloide que aumenta la liberación de dopamina, noradrenalina y serotonina, estimulando con ello el sistema nervioso central. Si se consume frecuentemente provoca disfunciones sexuales e infertilidad en ambos sexos. En el hombre es sumamente frecuente la disfunción eréctil, el varón pierde la erección continuamente debiendo interrumpir una y otra vez la penetración. En casos donde no pierde la erección también pueden presentarse dificultades en lograr la eyaculación.

Esteroides anabólicos:

Son una forma de consumir hormonas masculinas. Éstas son tomadas mayormente por deportistas que entrenas para ser fisicoculturistas. Estas hormonas estimulan la producción de andróginos (testosterona: caracteres masculinos) y provocan un aumento importante de la musculatura.
El uso continuado y el abuso de las mismas, con el tiempo provocan un aumento del tamaño de la próstata y una disminución del tamaño de los testículos. También afecta a la producción de esperma, viéndose disminuida la misma. Entre los cambios irreversibles están la calvicie y el desarrollo de pechos (ginecomastia) en los hombres. En las mujeres el abuso de esteroides anabólicos puede causar masculinización, lo cual significa que los pechos y la cantidad de grasa corporal decrecen, la piel se hace gruesa, el clítoris se agranda y la voz se hace más profunda. Así mismo, el cabello se cae pero el pelo corporal crece.

Speed:

Aumenta la liberación de dopamina y al consumirla frecuentemente ocasiona la disminución del deseo sexual. En los hombres puede ocasionar trastornos eyaculatorios y en la mujer anorgasmia.

Extasis:

Ocasiona un aumento en la liberación de serotonina y a corto plazo ocasiona problemas neuronales, disminución de la libido y de la respuesta sexual.

Poppers:

Al inhalarlo se retrasa la eyaculación, pero su uso continuo acarrea problemas coronarios o de tensión arterial con su repercusión negativa en la sexualidad.

LSD:

Debido a las alucinaciones que produce, la experiencia sexual es confusa y difusa. Su uso continuo provoca ansiedad, pánico y repetición de los primeros efectos, lo que afecta la sexualidad. En las mujeres embarazadas aumenta el riesgo de malformaciones congénitas en el feto.



lunes, 16 de diciembre de 2013

El Escorpión y la rana

Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…
—¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.

—No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:

—Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo.
Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo:
—Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.
El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.


Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:
—No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.
Y entonces, el escorpión la miró y le respondió:
 —Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Violencia en la Pareja



La violencia en el hogar ha experimentado un desarrollo espectacular en los últimos 20 años. La familia es el foco de violencia que más se destaca en nuestra sociedad.
contrariamente a lo que se piensa, el hogar puede ser un lugar de riesgo para las conductas violentas. Asistimos a una crisis moral donde se han suprimido los factores inhibitorios que frenaban las conductas violentas.
Las situaciones de cautiverio -y la familia es una institución cerrada- constituyen un caldo de cultivo apropiado para las agresiones repetidas y prolongadas. Las víctimas pueden sentirse incapaces de escapar del control de los agresores al estar sujetas a ellos por la fuerza física, la dependencia emociona, el aislamiento social o diversos vínculos económicos, legales o sociales.
Hablamos de violencia física, sexual y psicológica, manifestada esta última con una descalificación constante, humillaciones, críticas, posturas y gestos amenazantes, control de las amistades, familia, limitación del dinero, restricción de las salidas de la casa, etc., conductas destructivas (objetos, animales, etc.)
La violencia doméstica es el reflejo de una situación de abuso de poder en que la persona más fuerte y con más recursos, (en general el hombre), trata de controlar a su pareja, a la que percibe como vulnerable e indefensa y de desahogar en ella sus frustraciones diarias.
Si bien no existe un perfil único de mujeres maltratadas, podemos encontrar varios rasgos que se repiten como:

1.       Sentimientos recurrentes de culpabilidad por cualquier cosa
2.       Tendencia a la sumisión
3.       Creencias machistas acerca de la superioridad del hombre
4.       Aceptación pasiva de los roles que la sociedad machista reserva para la mujer.
5.       Valoración de la mujer en función del trabajo de ama de casa
6.       Suposición de que el hombre debe ser el sostén del hogar
7.       Suposición de que la mujer es más débil y debería estar bajo la protección del hombre
8.       Suposición de que el hombre siempre sabe lo que hay que hacer, de manera que se delegan las decisiones en él por más que éste demuestre con su conducta que no tiene suficiente criterio para ello.
9.       Sentimiento de minusvalía con baja autoestima
10.   Dependencia emocional y/o económica
11.   Falta de confianza en sí misma
12.   Tendencia a callar lo que piensa
13.   Tendencia al aislamiento
14.   Herencia familiar donde el que mandaba era el padre
15.   Sentimiento de no poder criar a sus hijos sola

¿Qué mantiene a la mujer en un hogar donde es víctima de violencia?
a.       sentir vergüenza de hacer pública en el medio social una conducta tan degradante;
b.      creer que los hijos necesitan crecer y madurar emocionalmente con la presencia ineludible de un padre y de una madre;
c.       tener la convicción de que la víctima no podría sacar adelante a sus hijos por sí sola; d) considerar que la familia es un valor absoluto en sí mismo y que, por tanto, debe mantenerse a toda costa;
d.      creer que la fuerza del amor lo puede todo y que, si ella persevera en su conducta, conseguirá que el maltrato finalice;
e.      pensar que su pareja, que,en el fondo, es buena persona y está enamorado de ella, cambiará con el tiempo; y
f.        estar firmemente convencida de que ella es imprescindible para evitar que él caiga en el abismo (del alcohol,de los celos, etcétera) (Brockner y Rubin,1985; Garrido, 2001; Salber y Taliaferro, 2000)

Un hombre irritado por su parte, puede descargar su ira en otra persona, pero suele hacerlo sólo en aquella que percibe como más vulnerable: una mujer, un niño o un anciano; y en un entorno _la familia_ en que es más fácil ocultar lo ocurrido.
La conducta violenta en el hogar puede manifestarse de dos formas:
1) como violencia impulsiva: se trata de una conducta agresiva motivada por sentimientos de ira y que refleja dificultades en el control de los impulsos en la expresión de los afectos. Es frecuente el arrepentimiento espontáneo tras un arrebato impulsivo.
2) la violencia instrumental. en este caso, la conducta agresiva es planificada, expresa un grado profundo de insatisfacción y no genera sentimientos de culpa.
El maltratador siempre niega la violencia de sus actos y busca un sinfín de justificaciones para explicar su agresión.

Uno de los motivos más importantes en el inicio de la violencia es la manifestación de los celos, que lejos de ser una demostración de afecto, es más bien una conducta de control obsesivo y sistemático sobre el otro en la creencia que si no cela no ama.
El tema de los celos merece un capítulo aparte ya que en nombre de ellos se han cometido los crímenes más aberrantes.
La mujer víctima debe saber que toda su estructura de pensamiento la condiciona para forjar y mantener matrimonios abusivos, violentos y maltratadores. La mayor resistencia a abandonar el hogar conyugal o pedir ayuda no se debe sólo al miedo sino también y sobre todo a la creencia errónea que el hombre va a cambiar mágicamente conmovido por las buenas acciones de la esposa. Ésta no deja de anhelar que su marido por más que no tenga ninguna autoridad moral para hacerlo, la valore y valore sus esfuerzos,reconozca sus logros y sobre todo le dé el lugar que le corresponde por haber hecho tanto por él y sus hijos.
Lamentablemente jamás conseguirán este reconocimiento de estos hombres porque definitivamente no son los más calificados para juzgarlas.
Paradójicamente a lo que la mujer cree, una vez que se separa, logra salir adelante con su familia, vivir más tranquila y suele arrepentirse de no haberlo hecho antes.
La violencia en la pareja lejos de ser una señal de interés, constituye más de una vez en la puerta de entradaal infierno; infierno del que les costará salir cuanto más tiempo pase conviviendo en el maltrato.


domingo, 8 de diciembre de 2013

El Náufrago

El único sobreviviente de un naufragio fue visto sobre una pequeña isla deshabitada. Él estaba orando fervientemente, pidiendo a Dios que lo rescatara, y todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba. Cansado, comenzó a construir una pequeña cabañita para protegerse, y proteger sus pocas posesiones. Pero entonces un día, después de andar buscando comida, el regresó y encontró la pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo. Lo peor había pasado, había perdido todas sus cosas. El pobre náufrago estaba confundido y enojado con Dios y llorando le decía una y otra vez: "¿Como pudiste hacerme esto, cómo pudiste?" Y en medio de lágrimas y desesperación, se quedó dormido sobre la arena. Temprano de la mañana del siguiente día, escuchó asombrado el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Venían a rescatarlo. El hombre no podía creerlo y con la angustia que aún brotaba de su pecho les preguntó, ¿Cómo sabían que yo estaba aquí? Y ante su asombro, sus rescatadores le contestaron: "Vimos las señales de humo que nos hiciste....." Es fácil enojarse cuando las cosas van mal, pero no debemos de perder el corazón. Recuerda la próxima vez que tu pequeña choza se queme.... Puede ser simplemente una señal de humo.

martes, 3 de diciembre de 2013

Vivir Juntos

Cuenta una leyenda de los indios Sioux que, cierta vez, Toro Bravo e Nube Azul llegaron tomados de la mano a la tienda del viejo hechicero de la tribu y le pidieron: - Nosotros nos amamos y vamos a casarnos. Pero nos amamos tanto que queremos un consejo que nos garantice estar para siempre juntos, que nos asegure estar uno al lado del otro hasta la muerte. Hay algo que podamos hacer? Y el viejo, emocionado al verlos tan jóvenes, tan apasionados y tan ansiosos por una palabra, les dijo: - Hacer lo que pueda ser hecho, aunque sean tareas muy difíciles. Tu, Nube Azul, debes escalar el monte al norte de la aldea solo con una red, cazar el halcón más fuerte y traerlo aquí, con vida, hasta el tercer día después de la luna llena. Y tú, Toro Bravo, debes escalar la montaña del trueno; allá encima encontrarás a las mas brava de todas las águilas. Solamente con una red deberás atraparla y traerla para mí, viva! Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron para cumplir con la misión. El viejo las sacó de las bolsas y constató que eran verdaderamente hermosos ejemplares de los animales que él les había pedido. -Y ahora, qué debemos hacer? Los jóvenes le preguntaron. -Tomen las aves y amárrenlas una a otra por las patas con esas cintas de cuero. Cuando estén amarradas, suéltenlas para que vuelen, libres. Ellos hicieron lo que les fue ordenado y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron volar, pero apenas consiguieron dar pequeños saltos por el terreno. Minutos después, irritadas por la imposibilidad de volar, las aves comenzaron a agredirse una a otra, picándose hasta lastimarse. Entonces, el viejo dijo: - Jamás se olviden lo que están viendo. Y este es mi consejo: Ustedes son como el águila y el halcón. Si estuvieran amarrados uno al otro, aunque fuera por amor, no sólo vivirán arrastrándose sino también, mas tarde o mas temprano, comenzarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos, pero jamás amarrados. Libera a la persona que amas para que ella pueda volar con sus propias alas Esta es una verdad en el matrimonio y también en las relaciones familiares, amistades y profesionales. Respeta el derecho de las personas de volar rumbo a sus sueños. La lección principal es saber que solamente libres las personas son capaces de amar. ANÓNIMO

El Mito del amor

Según un estudio sociológico, uno de los factores que facilita, favorece y sustenta la violencia de género más dramática y también las microviolencias cotidianas en las relaciones de pareja, es un modelo de amor romántico presente en nuestra cultura. Mientras en muchos países los matrimonios son concertados previamente, en nuestras sociedades la base del matrimonio y la familia, se fundamenta en el amor romántico. Este amor romántico, típico de las culturas occidentales, ofrece a las personas un modelo de conducta amorosa, que cuando falla –y siempre falla- produce la frustración y el desengaño, y es uno de los factores de la violencia en las relaciones de pareja. Las mujeres son más propensas que los hombres a creer en este mito, cargan de virtudes y potencialidades al hombre que eligen y esperan de ellos más de lo que ellos podrían darles, creen que ‘aman demasiado’, y en esa búsqueda del amor romántico muchas veces eligen personas difíciles y agresivas, con quienes tienen más posibilidades de ser víctimas de la violencia y de consentirla, porque esa relación es la que da sentido a su vida. Nuestro modelo social del amor romántico es quien más legitima éstos y otros comportamientos y la violencia doméstica será el plato de todos los días si no somos capaces de cuestionarnos el tipo de sociedad que genera maltratadores. Una canción muy conocida dice en una estrofa: “Te vas porque yo quiero que te vayas, y a la hora que yo quiera te detengo. Yo sé que mi cariño te hace falta, aunque quieras o no, yo soy tu dueño. (Ranchera La media vuelta, José A. Jiménez) Estas afirmaciones acerca de que “todo” está justificado en nombre del amor, nacen directamente de los relatos de las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja en cuyo discurso aparecen sistemáticamente elementos de esta idea de amor. “porque lo quiero”, “porque me casé para toda la vida”, “dice que me quiere, que soy el amor de su vida”, “que por el amor que siente por mí, va a cambiar”, “porque me ama demasiado”, “porque estoy enamorada”, etc. El sociólogo José Luis Sangrador ha hecho una encuesta cuyos resultados han arrojado que el 90 % de las personas encuestadas manifiestan que no se casarán con alguien del que no se sintiesen enamoradas. ¿Cómo se consolida, el matrimonio en sociedades no utilitaristas occidentales? Uniéndolo a la pasión. Pero qué pasa cuando la pasión se termina? Qué queda? Qué se ha podido construir?, qué sostendrá entonces el vínculo de pareja y de familia? Si bien el amor apasionado puede vencer un montón de obstáculos, hay uno contra el que se estrellará siempre: la duración. Sin embargo la decisión de tener hijos y mantener relaciones sexuales cuando se está casado muchas veces parece ser más una cuestión de contrato que un deseo promovido por una unión romántica o pasional. Descubrir esa realidad genera bastante confusión, culpa y frustración que terminan siendo motivo de consulta en la terapia de pareja. Si nos ponemos a analizar el amor en las novelas o el cine vemos que lo que se exalta no es el placer de los sentidos ni la paz fecunda de la pareja, no es el respeto y el reconocimiento del otro, sino el amor como pasión sufriente. En la literatura y el cine los personajes que encarnan a los héroes románticos no se aman; lo que aman es el amor, el hecho mismo de amar. Y actúan como si hubieran comprendido que todo lo que se opone al amor lo preserva y lo consagra en su corazón, para exaltarlo hasta el infinito. Los amantes son más felices en la desgracia del amor que en la tranquilidad cotidiana del afecto mantenido. Se necesitan uno a otro para arder, pero no al otro tal y como es, y no la presencia del otro, sino más bien su ausencia. Para reflexionar no? La adopción de cierto lenguaje implica y favorece el desarrollo de ciertos sentimientos: “mi vida ha sido una larga espera para encontrarte”, “no puedo vivir sin ti”, “sin ti no soy nada”, “te quiero más que a mi vida”, Pareciera que la decisión de continuar o no con una pareja pese a todos los problemas y dificultades que atravesó y atraviesa, dependiera de estas preguntas ¿es amor o no esto que siento? ¿amo a esta mujer, a este hombre o siento sólo afecto? ¿amo a ese ser o amo al amor? Cuántas barbaridades, se hacen en “nombre del amor”, cuánto se soporta, cuánto se humilla, se descalifica, se hace sufrir y se sufre, cuántos crímenes se cometen “en nombre del amor”. Con qué intensidad se cela, se controla, se persigue y se desconfía “en nombre del amor”. Y así justificamos reacciones y pasiones violentas y desmesuradas porque así esta sociedad entiende el amor. La pasión es amor y el amor se demuestra. ¿cómo? Así, soportándolo todo, todo menos la infidelidad. “puedo soportar que me humilles, me pegues, me maltrates, me celes, me controles, porque me decís que me amás pero si te descubro con otra… te dejo” ¿Puede haber una lógica más ilógica? Por que alguien puede soportar todo menos la infidelidad? Porque el amor en nuestra sociedad es sacrificio, es aguantar, es apoyar y soportar, es comprender, es justificarlo todo. Todo menos un acto tan moralmente condenable como la traición.