Es una disfunción que afecta la 3º fase de la
respuesta sexual. Recordamos que ésta consta de 4 momentos: excitación, meseta,
orgasmo y resolución.
Las dificultades para conseguir el orgasmo
constituyen las quejas más frecuentes cuando se habla de trastornos sexuales en
las mujeres.
Antiguamente era confundida con la frigidez, de
modo que la mujer que no alcanzaba el orgasmo era considerada frígida. Sería
conveniente distinguir entre uno y otro término ya que distan de ser sinónimos.
La frigidez está caracterizada por una ausencia
total o casi total de respuesta sexual. Esto es, la mujer no logra excitarse a
pesar de recibir los más variados estímulos sexuales. Es una afección poco
común que ha dejado paso a la anorgasmia, problema muy común y que está
asociado a la dificultad para conseguir un orgasmo.
La mujer anorgásmisca se excita, disfruta del
sexo, busca el orgasmo pero no lo consigue. Esto produce mucha frustración en
ella y muchas veces también en su pareja que o se siente responsable o considera
que su pareja tiene problemas psicológicos respecto al sexo.
Esta dificultad puede darse en el hombre pero
es muy raro ya que en general la eyaculación viene acompañada del orgasmo.
Hay distintos tipos de anorgasmia, el grado más
severo es cuando la mujer no ha logrado el orgasmo bajo ningún método o forma
(coito con su pareja, masturbación, estimulación visual, etc.)
Si la mujer alcanza su orgasmo durante el coito
en forma manual, anal u oral, no se considera anorgasmia. Es bueno aclarar que
sólo un 30% de las mujeres logra tener un orgasmo durante la penetración siendo
éste el único estímulo. El resto se reparte entre las mujeres que alcanzar el
climax con la ayuda de otros estímulos, como la masturbación, vibradores, etc.
Que pueden ir junto con la penetración o separados.
Las mujeres que sufren de anorgasmia a menudo
tienen una óptima respuesta sexual, se excitan mucho, lubrican copiosamente, se
enamoran sin problemas, disfrutan de los preliminares.
Hay mujeres que logran tener orgasmos con unas
personas pero con otras no. Esto tiene
que ver con el tipo de estimulación recibida, con las sensaciones que le
despierte la pareja, ya sea ocasional o permanente, con lo cómoda que se sienta
en esa situación, etc.
Es conveniente que para el tratamiento también
participe su pareja para ayudar a la mujer a liberarse de inhibiciones y
prejuicios a través del conocimiento profundo de su cuerpo. Cada mujer logra el
orgasmo en forma absolutamente personal. La penetración vaginal no es la
principal forma de lograr orgasmos, no se da en todas las mujeres ni es
obligación tenerlos exclusivamente por este medio.
Una vez que el sexólogo determina las causales de esta
dificultad, puede entonces proponer un tratamiento adecuado a cada mujer en
particular. Debemos saber que cada mujer tiene sus tiempos, su forma de
responder a la estimulación sexual pero sobre todo que la sexualidad femenina
así como su respuesta sexual es absolutamente distinta que la del hombre. La
mujer suele creer que es lenta, fría o reprimida. El hombre por muy
experimentado que sea, no conoce de antemano los gustos de esta mujer en
particular, así como ella muchas veces tampoco conoce todos sus puntos
“débiles” o zonas de mayor excitación. De manera que el acto sexual con cada
persona es siempre una experiencia única donde ambos deben aprender a conocerse
en el área sexual.